ARCO, el mercado del arte

Enésima opinión sobre la feria

Javier Arizabalo

4/18/20242 min leer

Allá por los años ochenta del siglo pasado, cuando empecé los estudios de Bellas Artes, desde la "insigne" facultad, nos ofrecían ir a darnos un paseo por Madrid, en la recién estrenada Feria del Arte ARCO. En aquellos tiempos la Feria se celebraba en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, e iniciaba su andadura con una gran parte de galerías y pintores españoles, estaba lejos del macro evento en que se ha convertido, para solaz de las gentes pudientes de Madrid, los trasegadores de objetos para Museos y los estudiantes de Arte y subvencionados culturales.

Tuve una segunda época de visita, yo trabajaba en publicidad y procuraba escaparme alguna que otra vez por Madrid, desde mi esquinada y aburrida monotonía vasca. Ya entonces se producía el salto cuantitativo y algo de cualitativo. Todavía recuerdo la figuración de las primeras ediciones, para luego ir pasando a nuevas líneas de negocio, nuevo posicionamiento de galería directoras, y dinamización del espacio.

La siguiente etapa en mi apreciación se produce cuando me reengancho profesionalmente a la pintura, y empiezo a conocer a mis colegas de estilo, aquí ya y mediada alguna que otra década, la ilusión por el evento intenta mantenerse, pero va poco a poco va decayendo, las hordas de arte basura se instalan definitivamente. Los "artistas" juegan con las modas, que si utilizo la fotocopiadora, que si utilizo el photoshop, que si las cámaras digitales, que si los collages digitales,.... y un largo etcétera. Me pregunto, ¿ dónde están las obras que se hagan con esfuerzo y en el que haya un dominio del lenguaje y la manera de comunicar ? Triste respuesta,...

La feria ARCO no es un lugar para encontrar la obra en la que prime la calidad, sea de ejecución, sea de comunicación, sea de contenidos, la feria de ARCO es un chiringuito de unas determinadas galerías y unas determinadas instituciones, para mover obra, no de calidad, sino por el afán de mover el dinero de las administraciones, estatales y de comunidades autónomas, de Centros de Arte "contemporáneo", creando la ilusión de necesidad de estos chiringuitos y decir que se hacen cosas en el arte. Valga como ejemplo el centro de Arte Reina Sofía, donde se acumulan miles de obras en sus sótanos, compradas a veces a peso, y que se pudren por sus infames materiales. También nos podemos dar otra vuelta por el "maravilloso" MACBA, y disfrutar del silencio meditativo de sus vacías salas.

Triste es este estado del Arte, por mucho que se pase la cara tarjeta de visita que representa la familia Real, en las inauguraciones, sólo, muy de vez en cuando, encontrarás entre los miles de objetos expuestos, algo de verdadera pintura, es-cultura, diseño, artesanía, creatividad,... mi recomendación, que no vale mucho, no pagues 40 euros por pasear por otro centro comercial más, esperando emocionarte pegándote en la cola de la comida.

Ariel Cabrera, ARCO 2023